La destacada actuación de Jefferson Montero la pasada jornada ante el Real Madrid ya ha traído consigo las primeras consecuencias. El Betis se ha puesto manos a la obra con la intención de atar al habilidoso extremo para las próximas temporadas y evitar su marcha una vez que acabe el periodo de cesión fijado por el Villarreal. Y es que ahora, con 22 años y tres temporadas después de su llegada a la Liga española, el ecuatoriano cuenta por fin con regularidad en una categoría para la que ya ha demostrado con creces ser válido.
Héroe local
Antes de despertar la curiosidad de diversos equipos del viejo continente Montero tuvo tiempo de convertirse en una figura en su país de nacimiento. En 2007 se incorporó a las filas del Emelec de la Serie A ecuatoriana tras haber participado únicamente en equipos de ámbito local. En principio su destino estaba fijado en las categorías inferiores, pero nada más llegar y ante la grandeza de su fútbol se encontró en primera división y al servició de uno de los clubes más importantes del país.
Ese mismo año formó parte de la selección ecuatoriana sub-17 que participó en los Juegos Panamericanos celebrados en Río de Janeiro. Jefferson Montero se erigió el héroe del país al anotar uno de los goles de la final ante Jamaica en el mítico estadio de Maracaná y lograr así el que hasta la fecha es el único título oficial de un combinado de fútbol ecuatoriano en su historia.
Europa se fija en él
Su actuación le sirvió para acudir a la selección absoluta a la que acompañó un cambio de club y de país. Por poco tiempo el Dorados de Sinaloa de México fue su destino ya que en 2009 regresó a Ecuador para formar parte del Independiente del Valle, conocido en la región por su apuesta por la formación de jóvenes futbolistas. Sería el precedente de su fichaje por el Villarreal.
Las buenas referencias en torno al jugador recogidas por el submarino amarillo propiciaron su contratación por cinco temporadas. Aunque en un principio se sopesó la posibilidad de su llegada al primer equipo, Montero permaneció el filial durante su primer año siendo uno de los jugadores más destacados de la Segunda División.
Dos cesiones exitosas
La falta de protagonismo en la campaña 10/11 de la mano de Garrido le hizo plantearse su futuro a mitad de temporada. Sin embargo el Villarreal, consciente de su potencial, optó por ceder al jugador a un club cercano como era el Levante con la intención de seguir de cerca su evolución. El acuerdo se cerró horas antes del cierre del mercado invernal.
En el escaso tiempo que permaneció en el conjunto granota, Montero fue capaz de dejar destellos de su calidad. Su rapidez, desborde y verticalidad sirvieron para convencer al Levante, que intentó retener al jugador al final de temporada. Pero el destino quiso que Sevilla fuese su nueva casa en un Betis que también ahora parece haber quedado seducido por el buen fútbol del ecuatoriano. (rayoherald.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar.