Desánimo en la saga amarilla

El domingo asistimos a un partido trunco y mal ejecutado, vimos a un Villarreal totalmente desfigurado, y que se parece cada vez más a la peor versión amarilla. Las ocasiones fueron funestas y no llegaron a las redes, mientras el Recreativo de Huelva se aprovechó de nuestras debilidades.

La falta de actitud, es el síntoma más claro que aflora en la saga, sin poner nombres a ésta actitud, es más que evidente que el equipo no está en su mejor momento, y en general hay escasez de ganas y pasión. 

Los jugadores más veteranos no se dejaron ver y las jóvenes promesas iban andando por el campo sin ton ni son, así no #tornarem, ese es el grito de la afición y no por querer ser crítica o bajar los ánimos, todo lo contrario, lo que espera ésta afición es que el equipo reaccione y lo haga para el próximo partido, para ya.

Es cierto que las bajas sensibilizan al equipo, pero por algo se llama así “equipo”, el que salga debe darlo todo, e ir a por el resultado, y parece que esta plantilla está exenta de actitud, pueden haber fallos desde la banca, pero los que se enfrentan al rival son los jugadores, y éstos son los que deben sacar el partido adelante. Se vieron superados por un rival que a priori era inferior, pero que nos puede comer la posición a este paso. Ésta jornada nosotros nos quedamos en la quinta posición con 18 puntos y el Recreativo a sólo dos con 16 puntos.

¿Cuáles son los síntomas de éste equipo? Decaimiento, poca intensidad, poca movilidad, insensatez… ¿En qué se ve reflejado? En la falta de gol, en la falta de creación... Entre otras cosas. Y… como dejarlo pasar, otra vez el Villarreal acaba con diez, cómo puede pasar en una plantilla así, cómo puede suceder una y otra vez... Es claro ejemplo de esta poca intensidad que desprende el equipo, y que preocupa gravemente a la afición.

¿Y qué es lo que le falta? Simplemente reaccionar, este equipo nos ha encumbrado a cotas que jamás hubiéramos esperado alcanzar, nadie confiaba y llegamos, porqué no hacer al revés, confiar, confiar en este equipo y continuar, los colores se sienten y el aficionado no entiende de jugadores, entiende de equipo, y esa es la meta ser un equipo ganador, reencontrarnos con las victorias, con el buen juego. Y ese es un trabajo de todos, de jugadores, de cuerpo técnico, de dirección y de la afición. Juntos comenzamos esta temporada, juntos la vamos a acabar, arriba y con el pecho bien alto.

El próximo encuentro se disputará en el Madrigal contra el Mirandés, que viene de un empate y se encuentra en la parte baja de la tabla, con hambre de victoria, y que ya algún disgusto nos ha dado. ¿Qué es lo mejor que podemos hacer? Acudir al estadio y alentar, estar  ahí para lo bueno y para lo malo, porque somos un equipo grande y como tal nos debemos comportar.

¡Endavant Villarreal!