4 de diciembre de 2011

Un simple resfriado, se esta convirtiendo en una neumonia


El Villarreal muestra en Santander una imágen lamentable

Podríamos definir, una cosa así, la situación del Villarreal. Todos sabemos de las dificultades que estamos atravesando esta temporada, por diferentes motivos. Al principio, todos teniamos unas metas, unas expectativas, y con el paso del tiempo, empezamos a olvidarnos de que esas metas se alejaban. Lo que simplemente pensábamos a principio de temporada, que este Villarreal sufría un simple resfriado (hablo por mi y seguramente por los dirigentes de este club), se esta convirtiendo en una cosa seria, agravándose, hasta convertirse, podríamos decir, en una neumonia. 
Ayer, el Villarreal llegaba a Santander después de haber cosechado 7 puntos de los 12 posibles, una estadística que no estaba nada mal y más teniendo en cuenta que veniamos de Málaga, perdiendo eso sí, pero dando una imágen positiva, una imágen que invitaba bastante al optimismo. No sé si habrá sido un simple espejismo, pero todo lo que habiamos conseguido este mes, después de puntuar y ganar partidos, ante las adversidades con la enfermería llena al completo, podríamos decir que lo hemos echado todo al traste. 
Ya sabemos todos que este Villarreal (o al menos así me habia concienciado yo) de que no iba a ser el mismo, que no nos podíamos poner falsas expectativas, como algunos aún estan empeñados en decir. Señores, este Villarreal, que, aunque quede mucho campeonato y ojalá me tenga que tragar mis palabras, esta lejos de competir por lo que queremos; por entrar en Europa. El equipo a día de hoy esta para luchar para no bajar a Segunda División. Es una realidad cruda, difícil de asimilar, de comprender, pero por diferentes motivos, a día de hoy competimos por eso.
No sé si me habréis leído siempre por aquí, pero siempre he sido de los que tienen paciencia, de los que hay que ponerse en la piel de otros, tener empatía y comprender la situación. Reconozco, que el día que perdimos 0-3 ante el Levante, hubiera echado a Garrido pero días después, de analizar las cosas, de que Roig saliera a tranquilizarnos, recapacite, yo y creo que unos cuantos. Luego, vino la plaga de lesiones y Garrido y el equipo demostraron que, aunque nos cuesta mucho, hemos podido sacar adelante los partidos de finales de octubre y noviembre, a pesar de perder en la Rosaleda, pero mostrando una buena imágen. Ayer visitamos El Sardinero, recuperando dos hombres importantes (Cani y Nilmar), que, aunque no estuvieran aún al 100%, Garrido ya podía disponer de ellos. No pedía gran cosa a los dos jugadores, porque han venido de sendas lesiones, pero Garrido ni el equipo ya no tenían más excusas en el sentido de que, nos faltaban jugadores importantes.
Pues bien, la imágen que dimos en El Sardinero fue penosa, lamentable, sin actitud, sin morder y con desgana, sin hambre ni agresividad. Algo que, por mucho que te enfrentes al colista, vas a perder sí o sí, si no muestras almenos, alguno de los adjetivos nombrados. Ayer me enfadé muchísimo con el equipo, me decepciono mucho y lo que es lo peor, es que la confianza en el equipo de ayer a hoy, ha bajado mucho.
Y se acabo, aquí no sólo los jugadores tienen la culpa, el entrenador también y los números cantan y al final es lo que acaba condenando a un entrenador. Lo más preocupante que te puede pasar en el fútbol ya no es sólo perder, sino dar una mala imágen y ayer pasó, al igual que el dia del Levante o del FC Barcelona (aunque contra el Barça lo disculpo). 
Son ya unos cuantos partidos que damos una imágen triste esta temporada, y para mí, la credibilidad de Garrido, se ha terminado. Ha podido tirar adelante al equipo cuando estábamos sin muchos recursos, eso es un punto a favor de él, pero cuando tenía prácticamente el equipo al completo, no ha tirado adelante.
No sé si Garrido tendrá un ultimátum o no, y si lo tiene, dudo mucho que lo echen el dia del Nápoles, porque ese partido, tiene poca importancia. El ultimátum verdadero, la verdadera final es este domingo a las 16.00 ante la Real Sociedad, rival directo. 
A más de un jugador se le debería caer la cara de vergüenza con la actitud mostrada, y como no se puede echar a un jugador así como así (aunque ganas tengo), se echará al entrenador. 
Garrido creo que ahora mismo esta sólo. Los pocos que lo apoyábamos creo que ya son 4 gatos por no decir nadie y Roig salió ayer muy cabreado.
Me gustaría que la gente entendiera una cosa, que creo que a muchos tampoco les entra, que es, buscar un nuevo entrenador y que su coste y salario sea económico. ¿Soluciones? Escasas, por no decir ninguna.
El otro inconveniente; si echas a Garrido y pones a un entrenador nuevo y todo continua igual, ¿que hacemos? ¿Fichamos otro? Sí, ya se que hasta que no lo probemos, no lo sabremos, pero nos veríamos igualmente con el agua al cuello.
En definitiva, yo apoyo un cambio de entrenador, pero antes, tenemos que analizar bien las cosas.

Por último y esto se lo 'copio' a un gran amigo, que creo que tiene mucha razón:
¿Nos salvamos juntos o por separado?
Quitemos la opción Garrido, que sabemos que todos la pondríamos.
Yo abogo por salvarnos juntos, toda la afición remando hacia un mismo lado, y claro, que los jugadores pongan de su parte. Sólo con mostrar una actitud ganadora, esfuerzo y sobretodo ganas, seguro que los resultados van a llegar. 

Adrián Ripollés

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