28 de septiembre de 2011

Dos errores que se pagan muy caros


Demasiado castigo para un Villarreal que le costaron muy caros 2 fallos en defensa. El resto del partido estuvo controlado por los amarillos pero no supieron crear mucho peligro a los italianos. Con esta derrota, la Champions se pone muy cuesta arriba


El Villarreal dejó escapar en Nápoles muchas de sus opciones de clasificación en esta liga de campeones, tras perder por dos goles a cero. Y es que el equipo de Juan Carlos Garrido pagó dos errores defensivos, que significaron dos goles de Hamsik y Cavani. Y que lastraron durante todo el partido a los castellonenses. El Villarreal es colista y sin puntos.
El equipo español salió a este partido con la idea de controlar el partido y que este no empezara con el dominio local en los primeros minutos. Y lo consiguió en los primeros diez minutos, que le dieron para lanzar un par de contragolpes.
Pero esos instantes fueron un espejismo, ya que al equipo italiano le bastaron dos minutos para poner el partido de su lado. Y es que a los catorce un centro de Lavezzi, habilitaba a Hamsik que fusilaba a Diego López, ante una estática defensa del equipo español.
Un gol que fue un duro golpe, ya que favorecía el juego de un Nápoles al que le gusta y mucho, jugar al contra golpe. Y no tuvo que esperar el equipo local para lanzar el primero de ellos, que dejó mano a mano a Lavezzi con Gonzalo Rodríguez, con lo que el defensa llegó tarde y cometió un claro penalti. Una pena máxima que materializó Cavani y que puso el dos a cero.
Dos goles que obligaban a los de Garrido a buscar al Nápoles en su área, propiciando así las opciones a la contra de los locales. Pero la opción más clara llegó para el brasileño Nilmar, que se encontró un balón en el área, que le había regalado Cavani y que le dejaba solo ante el guardameta De Sanctis.
Pero acelerado el delantero brasileño, no acertó en su remate y envió fuera la pelota. Con ello pasaban los minutos y con el resultado a favor, el Nápoles esperaba en su campo y las ocasiones no llegaban para ninguno de los equipos, lo que para el Villarreal era un problema.
Por ello, su técnico Juan Carlos Garrido decidió jugarse una carta ofensiva y sacó al campo a otro jugador de carácter ofensivo como De Guzmán. Ello propició que el último cuarto de hora fuera para un Villarreal que cercó a su rival en su área, pero al que le falto finalización y pegada.
Así los segundos cuarenta y cinco minutos, eran definitivos para un Villarreal que debía reaccionar, ya que una derrota le dejaba muy lejos de poder clasificarse a la siguiente ronda. Con ello salió el equipo de Garrido con convicción de buscar un gol que le diera vida. Y lo pudo lograr Rossi, que obligó a De Sanctis a realizar una buena parada a los cinco minutos, tras un buen cabezazo. Se intuían tras los primeros minutos un partido loco y con llegadas por ambos lados.
El Villarreal se fue con la sensación de que se llevaba una derrota abultada e injusta. Pero sus errores atrás y su falta de pegada, sentenciaron al equipo español.

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