Han pasado ya dos semanas desde la que fue la primera y, hasta ahora, última historia de la sección "Vidas Amarillas". Desde entonces, algunas historias más han ido llegando, y antes que nada quiero dar las gracias a aquellos que han querido colaborar con el proyecto, e invitar a los que aún no lo han hecho a compartir su experiencia amarilla. La segunda historia es la de Jaime Talavera, un aficionado de 18 años y de Cáceres.
Jaime habla de sus primeros contactos con el fútbol, cuando aún era seguidor del Atlético de Madrid. "No me viene de familia, como a muchos otros. Yo no mamé al Villarreal. Mamé del Atleti, el mismo que nos mandó a Segunda". Como muchos aficionados que, al recordar aquel fatídico día, sentimos un escalofrío, él admite: "Escribiendo esto lloro, recordando aquel testarazo de Falcao que nos mandó de cabeza a 2ª. Qué irónico que el equipo al que un día dejé para convertirme en groguet fuera el mismo que nos condenara al infierno de 2ª".
Su idilio con el Submarino comenzó a gestarse cuando el equipo logró meterse en Champions por primera vez, aunque tuvo que llegar uno de los momentos más tristes de nuestra historia para que diese el paso y comulgase como amarillo. "El primer día que me consideré verdaderamente del Villarreal fue cuando Riquelme, después de habernos dado tanto, nos alejó de todo ello fallando aquel penalti, aunque no se le puede reprochar nada. Sin embargo, cuando lo falló, yo, que por aquel entonces era del Atleti, comencé a llorar desconsoladamente. Ahí me sentí parte de este gran club.".
Realmente, es extraño que, a partir de los acontecimientos más negativos para el equipo, sea cuando la afición más se una. A los hechos me remito. Primero, la semifinal de Champions League: Villarreal CF - Arsenal. Lehman para el penalti lanzado por Riquelme, aquel que nos hubiese metido en la final. Después de fallarlo, hubo un crecimiento importante en la cantidad de parroquianos amarillos. En la semifinal de Europa League: Villarreal CF - Oporto, y tras el 5-1 de la ida, en el partido de vuelta fue cuando más unida y fuerte he visto a la afición amarilla. El Madrigal fue un verdadero lujo: todo el mundo cantándole al equipo, incluso cuando hacia el final estaba claro que no teníamos opciones. Finalmente, tras el descenso ha sido cuando la afición se ha unido más. Muchos pensaban que el Villarreal se iba a evaporar, que la masa social no iba a estar ahí. Se equivocaban. Incluso más unidos que en Primera. Jaime lo tiene claro: "Yo voy a seguir con el equipo. Él me dio muchas alegrías, pero estoy convencido de que aún me dará más.". "Esta afición se está uniendo con el descenso. Al grito de TORNAREM las ilusiones de todos están volviendo, y creo que lo vamos a conseguir.".
Podría ser la de muchos de nosotros. Desde luego, la historia de Jaime tiene varias cosas en común con la de muchos groguets. Lágrimas, emoción, ilusión... Son cosas que, pese al descenso, vamos a volver a vivir. Estad seguros de ello. Lloraremos de nuevo. Nos emocionaremos de nuevo. Nos ilusionaremos como antes. Pero esta vez, ahora sí, lo haremos más unidos que nunca. TORNAREM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar.