Si hace unas semanas, decir gol en Vila-real significaba Fernando Cavenaghi, la definición ha cambiado, al menos de momento. Walter Pandiani, un jugador al que muchos tildaban de "fuera de forma", "acabado" o "pez dando sus últimas boqueadas", se ha hecho amo y señor del gol amarillo en los dos últimos partidos. Lo suyo ha sido llegar y besar el santo. 2 partidos. Mejor dicho, menos de 2 segundos tiempos. 2 goles. Cifras de matador. Y no han sido 2 goles más: ambos han servido para ganar sendos partidos. A sus 36 años, parece que la llegada al equipo amarillo le ha hecho rejuvenecer. Le ha dado otro aire. Y se le ve en la cara. Pandiani disfruta. Pandiani se lo pasa bien jugando. Pandiani se deja la piel. El Rifle sigue matando.9 de septiembre de 2012
Goleador como estilo de vida
Si hace unas semanas, decir gol en Vila-real significaba Fernando Cavenaghi, la definición ha cambiado, al menos de momento. Walter Pandiani, un jugador al que muchos tildaban de "fuera de forma", "acabado" o "pez dando sus últimas boqueadas", se ha hecho amo y señor del gol amarillo en los dos últimos partidos. Lo suyo ha sido llegar y besar el santo. 2 partidos. Mejor dicho, menos de 2 segundos tiempos. 2 goles. Cifras de matador. Y no han sido 2 goles más: ambos han servido para ganar sendos partidos. A sus 36 años, parece que la llegada al equipo amarillo le ha hecho rejuvenecer. Le ha dado otro aire. Y se le ve en la cara. Pandiani disfruta. Pandiani se lo pasa bien jugando. Pandiani se deja la piel. El Rifle sigue matando.
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