Si hace unas semanas, decir gol en Vila-real significaba Fernando Cavenaghi, la definición ha cambiado, al menos de momento. Walter Pandiani, un jugador al que muchos tildaban de "fuera de forma", "acabado" o "pez dando sus últimas boqueadas", se ha hecho amo y señor del gol amarillo en los dos últimos partidos. Lo suyo ha sido llegar y besar el santo. 2 partidos. Mejor dicho, menos de 2 segundos tiempos. 2 goles. Cifras de matador. Y no han sido 2 goles más: ambos han servido para ganar sendos partidos. A sus 36 años, parece que la llegada al equipo amarillo le ha hecho rejuvenecer. Le ha dado otro aire. Y se le ve en la cara. Pandiani disfruta. Pandiani se lo pasa bien jugando. Pandiani se deja la piel. El Rifle sigue matando.
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