13 de abril de 2014

Mi amigo siempre sonreía

Una vez más, ha quedado demostrado que en esta vida no somos nadie. No importa lo bueno que hayas sido, las cosas buenas que hayas hecho, siempre nos espera un trágico final.

Y es que en el día de ayer 12 de abril de 2014, y tras la alegría de la sufrida victoria ante el Levante, un jarro de agua caía sobre todos aquellos que tuvimos la suerte de conocer a Mauricio Alves.

Una persona que siempre tenia una sonrisa en la cara, daba igual si se ganaba, empataba o perdía, si jugaba o no, siempre dispuesto a ayudar en todo lo posible tanto a los compañeros como a los amigos. Un fuera de serie.

Y como futbolista, los que tuvimos el placer de verle jugar, ya sea en el Fluminense, Juvenil A del Villarreal, en el Villarreal B o en el C, en el Avai FC o en el US Boulogne, compartimos la misma opinión: Como buen Brasileño, tenía una calidad exquisita, una zurda bendita que creaba magia y unas ganas inmensas de seguir creciendo.

Personalmente, le tenía un gran aprecio. Pocos jugadores creaban tan buen ambiente dentro de un vestuario.

"Folletyyy", como a ti te gustaba decir, hoy todos los que tuvimos la gran suerte de conocerte, lamentamos que ya no vas a volver a estar aquí junto a todos nosotros, a la vez que recordamos con una sonrisa de oreja a oreja los buenos momentos que nos diste. El Cielo C.F. te ha fichado porque allí solo van los más grandes, y tu, por desgracia, has fichado demasiado pronto. 
Aquí siempre te recodaremos hermano, pero siempre con una sonrisa que no vas a perder nunca, porque uno no muere mientras es recordado, y tu siempre vas a estar presente entre nosotros. Ha sido, es, y será siempre un verdadero placer haberte conocido. Sigue derrochando esa samba futbolistica que tanto te gustaba allí arriba junto a los mejores, hermano. 

Descansa en Paz, Follety.


@Sebi_CVF


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