9 de mayo de 2015

Pregunta semanal: ¿Por qué Marcelino está tan enamorado del 4-4-2?

La segunda pregunta semanal que os lanzábamos era, esta vez, sobre el sistema de juego. El clásico 4-4-2 del Villarreal. Si bien es cierto que es un sistema que, tradicionalmente, ha venido bien al equipo, queríamos saber vuestra opinión sobre él. ¿Por qué Marcelino tira tanto de 4-4-2? Vuestras respuestas, a continuación:

- Un buen entrenador es aquel que ante las adversidades se crece y te saca novedades. También el que sabe variar el esquema táctico y el que sabe utilizar diferentes armas. Aquí parece que solo se sabe jugar de una manera....debemos saber hacer otras cosas y eso depende de Marcelino.

- O por falta de ideas o por tozudez pura y dura, casi preferiría la primera.

- El estilo está bien, hace que el juego esté compensado en todas las líneas de juego, y nos ha dado buenos resultados, mientras aguantó el físico, también es cierto que en determinados momentos se ha de ser flexible, y poder tener variantes de juego, que no es el caso, a excepción de los partidos contra los grandes que jugamos con el trivote (@Pepeluthebest)

- A mí me parece que hoy en día está muy anticuado el 4-4-2 y no está resultando. Yo cambiaría el sistema a un 4-3-3 jugando con Trigueros, dos Santos y Pina en el medio.

- Porque no sabe.

- Porque no tiene ni idea. Y los 25 cum laude que tiene detrás, tampoco. Y así nos ha ido, de pasar de ser un equipo "aspirante a", a solo ser como el rayo, al tiempo...

- Es la que viene en el manual que se dejó Garrido en el vestuario.

- Por equilibrio en el campo. Asegura todas las líneas y nunca renuncia al buen juego de ataque.

- Porque es un cagao que siempre se conforma. Deberían haberle destituido. Tenemos un equipo que podía haber llegado mas lejos.

- Porque en su día funcionaba bien, es un entrenador que apuesta siempre por lo mismo y eso conduce tarde o temprano al fracaso, un saludo.

- Por la misma razón que Uche es titular...

Recordando la llegada de Marcelino, es cierto que dijo que iba a emplear, salvo en contadas ocasiones, el 4-4-2. De hecho, en prácticamente todos los partidos lo ha usado (salvo cuando ha usado el 4-3-3 contra los equipos más fuertes). Y, tradicionalmente, el sistema ha ido muy bien. El problema no es el sistema, sino la falta de variantes. Ha habido momentos de la temporada en los que el 4-4-2 era la formación idónea. Pero en ocasiones hubiese sido vital variar (bien por bajas, bien por el rival. Los ejemplos más claros son los enfrentamientos de este curso frente al Sevilla.

El equipo de Emery (uno de los mejores estrategas de la Primera División) nos vapuleó. Y no porque fuesen mejores. Fue por la incapacidad de reacción desde nuestro banquillo. El partido de ida de Liga lo ganaron por suerte. El de Europa League en casa nos lo ganaron porque hicieron el fútbol que peor nos venía. Y ahí Marcelino fue incapaz de aprender, de leer el partido, de meter variantes. En la vuelta de Europa League, teniendo el equipo que marcar varios goles para pasar de ronda, el Villarreal se presentó, una vez más, con el 4-4-2. Es más, a lo largo del partido, incluso cuando el Sevilla marcó, la formación no se movió. ¿Una formación más ofensiva? ¿Para qué? ¿Pasar a 3 centrales, y meter gente arriba para, por lo menos, morir de pie? De eso nada. Los cambios en ese partido fueron Gio por Uche, Gerard Moreno por Campbell y Dorado por Vietto (Bailly fue expulsado). O cambios hombre por hombre, o de contención. Con el resultado adverso. Un escándalo.

Y no solo acaba ahí. El equipo, estos últimos partidos, ha tenido numerosas bajas. Bajas de hombres importantes que imposibilitaban el 4-4-2. O no, porque si no hay jugadores me los invento. Campbell delantero (una posición en la que ha jugado en realidad), Jaume Costa en banda, Jokic (que está a un muy bajo nivel) titular por la izquierda, Rukavina interior... reconversiones con tal de no variar el esquema.

Me parece increíble que un entrenador tan bueno en el método sea tan cerrado en la estrategia. Dejando de lado el balón parado, que está claro que no lo trabajan, la incapacidad de leer los partidos, la falta de valentía para renunciar aun jugador de atrás para meter gente arriba para atacar... la rigidez de Marcelino creo nos ha pasado factura. Hay que asumir que hay entrenadores más valientes que otros. Emery nos comió la tostada, y esperaba que sirviese de escarmiento. Pero no. Una lástima. Quién sabe si, con valentía, estaríamos más arriba ahora...

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