28 de octubre de 2014

OPINIÓN: Repaso al inicio amarillo

El inicio de temporada es un período en el que la paciencia es obligatoria. Realmente, una valoración con fundamento sólo puede hacerse, en mi opinión, al terminar la primera vuelta, con 19 partidos jugados y sus 57 puntos disputados. Hasta ese momento, el sorteo del calendario puede provocar que las lecturas sobre las situaciones de los equipos sean erróneas -salvo contadas excepciones-.

Dicho esto, echemos un ojo a la clasificación. El Villarreal se encuentra 8º con 14 puntos. 9 partidos jugados. 4 victorias, 2 empates y 3 derrotas (aunque más que derrotas, fueron victorias morales vista la imagen del equipo en los 3 partidos). 13 goles a favor (7º equipo en anotación) y 9 en contra (5º menos goleado). Así, sin mirar más allá, podría parecer un inicio de temporada pasable sin más, ni fu ni fa, discreto teniendo en cuenta a lo que el equipo nos tiene acostumbrados estos años atrás. Sin embargo, detrás de estas estadísticas hay mucho más.

Los 3 partidos que se le han escapado al Submarino han sido encuentros dominados por el conjunto amarillo -salvo, tal vez, el del Barcelona, que se basó en solidez defensiva más que en dominio del balón- . Ante el Real Madrid, la diferencia de pólvora arriba se hizo efectiva en su forma más cruel: 2 de los 5 tiros a puerta del conjunto blanco acabaron en gol, mientras que el Villarreal no consiguió materializar ninguno de sus 13 disparos (el colmo fue un despeje de Marcelo de una forma completamente fortuita a un gran disparo de Triqueros, que parecía que sólo la red iba a poder detener). El Madrid, equipo valorado en más millones que los que el Villarreal se ha gastado en fichajes probablemente en toda su historia, desplegó un "fútbol" basado en la defensa y la salida al pelotazo, buscando la velocidad de sus atacantes. Les sirvió, sí. Pero, personalmente, no salí con la sensación de haber perdido ese partido. El dominio amarillo fue abrumador, tan sólo la diferencia de presupuestos fue lo que hizo que la balanza se decantase del lado blanco. 

En Sevilla, lo mismo. 88 minutos de dominio, de gran trabajo tanto defensivo como en la elaboración de jugadas. El conjunto local, en dos acciones precedidas de errores evitables, acabó poniéndose por delante y llevándose los 3 puntos. 3 puntos no merecidos, pero suyos al fin y al cabo.

Otra historia es la Europa League. En su vuelta a la competición europea, el Villarreal lidera su grupo con 7 puntos de 9 posibles, compitiendo de igual a igual con el segundo clasificado de la Bundesliga. Un Borussia Mönchengladbach que, esta jornada, fue capaz de mantener a raya al todopoderoso Bayern München y de desquiciar a Pep Guardiola. Y no sólo eso. El Submarino es, a día de hoy, el máximo goleador de la Europa League (9 goles a favor en 3 partidos), y tan sólo ha encajado 2 tantos (uno ante Gladcabh y otro ante el Apollon de Marcos Gullón). Una vuelta a Europa por todo lo alto y que hace soñar a la parroquia amarilla con el título que la historia nos debe.

Es cierto que, atendiendo a los puntos en Liga, el inicio de temporada del Villarreal no ha sido el mejor. Sobre todo, comparándolo con el del año pasado. Aquel fue un inicio completamente inesperado. Pero hay que saber mirar más allá de los puntos. Este año, el Villarreal es mejor a domicilio de lo que lo era en la campaña pasada. Ha aprendido a sufrir, a defender marcadores favorables, a remontarlos (un 0-2 en contra no sé hasta qué punto seríamos capaces de remontarlo el año pasado). Se ha impuesto en Balaídos, un campo en el que nunca había logrado ganar, ante un Celta que es una de las revelaciones de la Liga. Contratando jugadores de poco renombre (Espinosa), incorporando alguno que tenía cedido (Gerard Moreno) y apostando por otros que prácticamente estaban desahuciados (Jonathan dos Santos, Víctor Ruíz y Denis Cheryshev), el Villarreal ha formado una de las plantillas más completas que ha tenido en los últimos años. Hace falta mirar muchas temporadas atrás para encontrar un equipo más compensado, con más variantes y mejor equilibrado que este. En este Villarreal no hay suplentes. Las rotaciones afectan a todos por igual, se llamen Moi Gómez, Gio dos Santos o Manu Trigueros.

El Villarreal de la 2014-2015 es, en definitiva, un pedazo de equipo. Un conjunto que planta cara en todos los campos a los que viaja, capaz de adaptar su juego y no ahogarse en el toque. Un equipo vertical cuando tiene que serlo, sólido atrás, creador, mordedor... Un Villarreal mejor de lo que esperaba

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